viernes, 9 de mayo de 2014

CAPITULO 4;Alizon



Escucho el despertador sonar en mi mesa de noche y alargo el brazo para apagar la alarma. Me levanto me meto a la ducha, salgo me cambio y me cepillo el cabello, bajo las escaleras omitiendo el "escalón del tropezón" (como es conocido por mi suerte al usarlo).


Desayunó y me dispongo a que mi padre adoptivo me conduzca  a clases en su viejo pero lindo automóvil.


 Cuando llego agarro las cosas de mi casillero subo las escaleras para mis siguientes tres clases antes de el receso y parece que las clases se me  pasan muy rápido, pues cuando menos me lo espero suena la campana del descanso, mis amigas salen sin mi pues les digo que tengo que ordenar mi horario. Cuando acabó de ordenarlo voy por el pasillo bajo las escaleras y casi llegando a el ultimo tropiezo siento que caeré y cuando estoy a punto de tocar el suelo uno brazos me sostienen me levanto rápidamente liberándome de su agarre con la cara toda roja de vergüenza, instantáneamente sin poder mirar a el chico a la cara.


 -gracias-pronuncio mientras me agacho a recoger mis cosas.


 -deberías tener mas cuidado-dijo, su voz sonó un poco ronca y tenia un toque interesante, me atrevería a decir que sonaba familiar.


Se encuclillo junto a mi, juntamos mis cosas en silencio,  luego me dispongo a agarrar un libro y sin querer lo hacemos a el mismos tiempo lo cual hace que nuestras manos se toquen, aun que hubiera sido solo un rose, sentí una corriente algo extraña, me sentía como en una especie de deja vu y eso me hace levantar la cara para mirarlo, por lo que veo  el hace lo mismo, se me hace conocido.


-¿Kib?-dice antes de que yo pueda articular una palabra y no me lo creo


 -Daiton- digo instantáneamente  sorprendida por el momento, nos paramos y le abrazo el me abraza también, no separamos un segundo.


-mírate como haz crecido-le digo con una gran  sonrisa en la cara, recuerdo que el era apenas mas alto que yo y ahora me sentía alguna especie de elfo a su lado.


-y tu que me dices, ¿te has encogido?- dice y me hecho a reír.


 -me enojaría por burlarte de mi estatura, pero como no te he visto hace mucho hare como si no hubiera escuchado nada- le advierto arqueando una ceja.


 -pero que considerada eres- me dice con sarcasmo.


-¿verdad que si?- le digo de la misma manera siguiéndole el juego con una sonrisa imborrable.


Se ofrece a acompañarme a mi casillero a dejar mis libros y yo acepto sin rechistar.


-¿entonces te adoptaron tres días después que a mi?


-si, la verdad no creí volverte a ver- me admitió.


-pues no eres bueno suponiendo.


-Pero soy bueno en otras cosas- dice juguetón.


- já, presumido.


-es parte de mi encanto.


-¿algo así como si te beso te conviertes en sapo?  


-podrías intentarlo- sentí calor recorrer mis mejillas y use de excusa estar viendo el reloj para disimularlo.


Al mirar el reloj me doy cuenta de que ya íbamos diez minutos tarde a la clase, si, ya se me hacia raro que el pasillo estuviera solo.


-dios es muy tarde- dije, tome mi bolso y cerré mi casillero.


-adiós- me despedí y me gire para ir a clase.


-nos vemos luego kib.


Llego corriendo a mi salón y tomo asiento junto a mi amiga, saco rápidamente mi cuaderno para tomar apuntes.


-¿Por qué tan tarde?- pregunta discretamente para no llamar la atención de la maestra que se encuentra proyectando no se que cosa.


-nada, solo me encontré a alguien que conocí hace tiempo y se nos paso el tiempo.


-ese alguien por casualidad ¿era un chico?


-¿te gusta ser entrometida?


 -¿es guapo?


-y eso es importante por…


-apuesto a que lo es.


-¿su nombre es?


-Daiton.


-oh por dios, ligarte con el mariscal de campo.


-¿Qué yo y el que?- pregunte confundida.


-ya sabes, un deportista muy bueno.


-pero que suerte tienes.


-okay?- dije confundida.


-mira Ally, ese es el mismo chico por el que Mayte y su séquito pelean el que puede perderse las clases con la chica que quiera y de todas te Eligio a ti y lo único que haces cuando te digo que tienes suerte es mirarme con cara de confusión,


 


-espera retrocede y pausa- le dije un poco aturdida pues estaba hablando demasiado rápido.


 -no se que estés pensando pero solo somos amigos- concluí.


-que pena yo que pensé que Mayte y su sequito Iban a aprender la lección-dijo y nuestra platica termino, lo cual agradecí.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario